jueves, 21 de mayo de 2015

Soledad.

"Yo no necesitaba más peligros que la caída de sus ojos, de su ropa, de su boca, para saberme tentada. Le propuse escondernos detrás de las letras, en el fondo de las canciones y en los finales de todas las historias de amores errabundos. Inventarnos un mundo nuevo donde podamos borrarnos cada noche y escribirnos al amanecer. Coincidiendo para desnudarnos, poco a poco, despacito, yo escribiendo y él leyendo. Él necesitaba un miedo como yo, que le estremeciera el vientre. Lo pedía a gritos en la mirada, en las manos y hasta en sus silencios. Necesitaba mis manos para que lo escribieran y también para desnudarlo, no sólo del cuerpo, sino de las partes de su alma que desconocía. Necesitaba mis ojos para que lo suplieran y mi corazón como guía para encontrar el suyo, perdido en su propia oscuridad de amor."

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