miércoles, 27 de mayo de 2015

"Crear" el amor

No tenía tacto para aquello. "Quédate" le dije, pero me temo que el tono de mis palabras era frío, más propio de una despedida que de un grito de auxilio. Me aclaré la voz "Quédate, por favor". Y aquella vez sonó distinto y le brillaron los ojos durante un segundo, lo recuerdo. Lo recuerdo muy bien. Cerré fuertemente las manos. Y quería saber que pasaría a continuación, pero no me atrevía a preguntárselo. Me quedé lo más quieto que pude, mirándola, en aquel silencio en el que solo se escuchaban nuestros apresurados latidos y nuestras respiraciones. Pasaron minutos y años en aquel momento. Y se nos acabó el orgullo porque ya era demasiado tarde, y cuando es demasiado tarde ya no puedes perder nada, pero puedes ganarlo todo, y eso es lo bonito. Empezó a acercarse poco a poco, apenas sin moverse, yo abrí mucho los ojos. "Qué haces hija de puta. Qué haces", pensaba. Qué haces provocando, a altas hora de la madrugada, huracanes en mi habitación. Qué haces desgarrándome la indiferencia y la distancia de emergencia. Qué haces desabrochándote el pantalón. Y cuando iba a reprochar su juego sucio, su dedo índice me detuvo, ahí, apoyándose en mis labios, callándome, haciéndome desistir por completo. Había perdido y ella lo sabía, quizá por eso medio sonreía cuando le dije: "Márchate. Márchate, por favor". Pero me delataban los ojos, todo sonaba a mentira. En aquel momento, demasiado tarde para cualquier cosa, solo quería que se quedase a mi lado, para siempre, o al menos con esa misma pasión, como si realmente fuésemos a salvarnos mutuamente. Y nada más, aquella noche comprobé que hacer el amor, cansa muchísimo más que follar.

martes, 26 de mayo de 2015

Letras de una tarde de mayo

Se sabía todas las canciones habidas y por haber. Y las que no conocía se las aprendía. Vaya forma de bailar que tenía, no se si lo hacía mal o bien, pero no había quien la parase. Sus pies se movían de una manera que no puedo describir; sobrehumana se podría llamar. Y su cuerpo se balanceaba al compás de la música en perfecta sintonía. Era maravilloso. Toda ella era maravillosa.
También estaba loca, pero era una locura sana. Y por supuesto, también me volvía loco a mi. Me enloquecía su risa de niña pequeña, sus caricias que me decían que todo saldría bien en los momentos difíciles y la forma en la que me miraba cada vez que se me entregaba. Me enloquecía su cuerpo encima de mi en las noches de tempestades, y su manera de hacerme sentir pequeño y torpe.
Ella era la viva imagen de la felicidad. Siempre riendose, aunque no estuviera junto a ella. Sin duda era impresionante. Incluso cuando nos separamos se siguió riendo, aunque se que por las noches, tras desabrochar la cremallera de su falda y apaciguar los huracanes que formaba con el vuelo de esta, dejaba que sus lágrimas bañaran el colchón desgastado y besaran la almohada mientras la luna, callada y expectante, la consolaba con su luz.
Aunque tal vez, fuera yo a quien la luna consolaba con su blanca luz, mientras bañaba el colchón acostumbrado ya a mis lágrimas de amor, esperando con ansia volver a apaciguar los huracanes que ella formaba con el vuelo de su falda, desabrochándosela  y besandola, como en aquellas noches en las que solo yo tuve el placer de tenerla. Quien sabe... Igual era yo al que la gente animaba. Incluso ella me animaba. Y puede que fuera yo quien la buscaba cada vez que salía de casa, y no solo la buscaba con los ojos. También lo hacía con el corazón.
Lástima que su corazón jamás volviera a encontrarme. El mio si que lo hizo. Ahora solo me quedan sus canciones, aunque ya no me contento con haberla tenido.

La quise...

A pesar de todo y a pesar de nada yo la quise. Y quiero pensar que ella también lo hizo. A veces lo hizo.

jueves, 21 de mayo de 2015

Soledad.

"Yo no necesitaba más peligros que la caída de sus ojos, de su ropa, de su boca, para saberme tentada. Le propuse escondernos detrás de las letras, en el fondo de las canciones y en los finales de todas las historias de amores errabundos. Inventarnos un mundo nuevo donde podamos borrarnos cada noche y escribirnos al amanecer. Coincidiendo para desnudarnos, poco a poco, despacito, yo escribiendo y él leyendo. Él necesitaba un miedo como yo, que le estremeciera el vientre. Lo pedía a gritos en la mirada, en las manos y hasta en sus silencios. Necesitaba mis manos para que lo escribieran y también para desnudarlo, no sólo del cuerpo, sino de las partes de su alma que desconocía. Necesitaba mis ojos para que lo suplieran y mi corazón como guía para encontrar el suyo, perdido en su propia oscuridad de amor."

lunes, 18 de mayo de 2015

Pájaros de barro

...Tenía pájaros en la cabeza. Tenía pájaros en las vértebras. Los tenía en los nudillos, en los ojos rojos, en mis ojeras. Tenía pájaros en la venas.
Gaviotas y palomas anidaban en cada recoveco de mi cuerpo, buscando aunque fuera un ápice de calor. Hasta las golondrinas de Becquer buscaban desesperadamente una pizca de ese cálido y reconfortante cariño humano. Incluso yo lo buscaba... Y lo busqué en todas las personas que pudiera imaginar, pero en ninguna lo encontré como lo hice en mi mismo. Busqué ese cariño en cada rincón de mi cuerpo, al igual que esos pájaros que volaban alrededor de mi. Y lo encontré. Encontré el amor que nunca nadie me había dado hasta entonces.
Puede que yo no fuese tan distinta a esos pájaros de barro. Eso fui durante mucho tiempo, un pájaro buceando en lo más hondo de mi ser. Levantando huracanes con el aleteo de sus alas. Sin importarle el afán de libertad. Al contrario, diría que amaba estar presa dentro de mi, y aquellos pájaros de mi cabeza también amaban estar encerrados, ya fuera en mi mente o en mi columna vertebral. Eso tuve durante mucho tiempo, pájaros que no volaban, sino que solo se limitaban a explorar buscando un lugar en el que recibir cariño.

lunes, 11 de mayo de 2015

Sólo llénalo

Basta.
No hables.
Déjalo estar.
Solo llena este momento de razones.
Razones para vivir, para pensar, para respirar. Llénalo de todas esas cosas, llénalo de magia, encanto, alegría. Llénalo de amor, de palabras.
No lo llenes de odio ni de maldad. No lo llenes con falsos "te quiero". No lo llenes con pequeñas dosis de cariño. Llénalo a lo grande, como si todo tu amor se fuera a acabar mañana mismo. Como si fuéramos las únicas personas en la Tierra e intentáramos encontrarnos aún estando a cien mil kilómetros la una de la otra. Llénalo de ilusión, de música, de letras. Cómo éstas que son para ti.
Llénalo de ti. De mi. Llénalo y no lo vacíes nunca, porque si algún día lo haces todo estará perdido entonces. Si algún día lo vacías comprenderé que en vez de vencer, tu has sido el vencido.
No me pidas que me quiera, no me pidas que sea lo que tu quieras. Se que jamás esperarás de mi algo que no podré darte. Yo de ti no lo espero. Solo espero que sigas llenando ese momento de razones. De tus razones, de las mías. Que lo llenes de futuro, de esperanza, de gloria.
Deja de llenarlo de guerras en las que ni se gana, ni se pierde, ni se nada. Deja de llenarlo de absurdas batallas, en las que el único que muere es el corazón.
Llénalo de horas, aunque sean perdidas. De mensajes a las tantas de la madrugada. Llénalo de llamadas que me dicen "te echo de menos". Incluso te pido que lo llenes de sexo, de catarsis, de placer, de éxtasis.
Pero no hables.
No me complazcas.
Solo llena este momento.

sábado, 9 de mayo de 2015

"Poesía eres tú"

En ocasiones me mirabas y te reías. No se si de mi o de la cara que te ponía cuando me preguntabas que era poesía. Y a mi me resultaba extraño que me lo preguntaras, puesto que no había palabras para decir lo que era poesía. Hasta que me puse a pensar y caí en la cuenta.
"¿Qué es poesía?" - Me preguntaste, y yo me reí y tu me miraste raro. Curioso que me lo preguntaras porque poesía son tus ojos verdes, poesía es tu piel morena y tu pelo negro, poseía es tu media sonrisa y tus ojos tristes, poesía es la forma en la que me acaricias las muñecas intentando hacerme ver el daño que me causé en un tiempo muy lejano, poesía es tu forma de caminar
                            de hablar
                                  de reír.
Por eso me hace gracia cuando me preguntas qué es poesía.
                                                                                   Porque poesía eres tú.

viernes, 8 de mayo de 2015

Poesía 20.

Seamos brisa.
Seamos risa.
Seamos tú y yo
Seamos música, seamos fotografía
Seamos poesía.
Seamos aire que se escapa entre
tus delicadas manos.
Seamos lo que no somos
y lo que nunca fuimos.
Seamos libertad.
Seamos amor
               amantes
                    amados
Seamos enamorados.
Semos noche y seamos día.
Seamos agua, que corre libre
por las verdes laderas.
Seamos corriente de ese gran mar
de letras.
Seamos la luna, esa que siempre
está triste porque está sola. Que está azul...
Seamos vagabundos que solo buscan
eso, su sitio en el mundo.
Seamos barcos de papel, que navegan
por el cielo estrellado.
Seamos sal.
Seamos azúcar.
Seamos el colorante
y el color.
Seamos complicidad.
Seamos lo que no somos.
                 lo que nunca fuimos
                        y lo que jamás seremos.
Seamos viento, que despeina
tu cabello despeinado.
Seamos los ojos del ciego.
Seamos lluvia invernal.
Seamos melancolía.
Seamos los lunares de tu espalda.
Seamos rocas inamovibles
                                  pesadas
                                      pisadas.
Seamos arena en un reloj.
Seamos tiempo y
seamos ritmo.
Vivamos en do re mi.
Seamos música, o mejor dicho,
seamos melodía. Que eso es lo que
hace tu risa.
Semos solo nosotros.
Seamos solamente eso.
Seamos palabras.

martes, 5 de mayo de 2015

Puedo escribir los versos más tristes esta noche...

"Puedo escribir los versos más tristes esta noche" decía el gran Pablo Neruda. Puedo escribir los versos más tristes. Y así es, puedo escribirlos. Pero no esta noche. No voy a escribir por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan azules los astros a lo lejos" pero si puedo escribir que mi alma no se contenta con haberlo perdido.
Tal vez, como Neruda, para acercarlo mi mirada lo busca. Mi corazón lo busca y él no está conmigo. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. O tal vez no pueda. Yo que se... Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 
Y así era, no había mejor sensación que aquella. Pero esta noche el viento gira en el cielo y canta. Él me quiso, y a veces yo también lo quise. "Como no haber amado su mirada infinita" decía. Que razón tenía, como no haberla amado. Y como él repetía: "es tan corto el amor y tan largo el olvido" Y otra vez que volvía a tener razón ¡Y cuánta razón!
Porque en noches como esta me tuvo entre sus brazos. Mi alma no se contenta con haberlo perdido. Aunque este sea el último dolor que él me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo. 

Vigilias y sombras

Nunca he sido del todo fan de las despedidas. Bueno, nadie lo es. La RAE describe despedir como soltar o desprenderse de algo. Es curioso que entre sus 9 acepciones, casi todas contengan palabras similares: soltar, apartar, renunciar... 
Pero sin duda, mi favorita es alejar; porque así me siento. Alejada de todo. De una vida y sumergida en otra que no es mía. Bueno, más que de una vida, diría mejor... persona. Así es, me siento sumergida en una persona que no soy. Un fantasma. Así me describiría. Una sombra. Una sombra que aparece en medio de la noche debajo de una cama. Para después convertirse en humo en medio de la oscuridad del cuarto. Que asciende y que mueve los hilos. O más bien, son los hilos los que la mueven a ella. Los que la controlan y los que no la dejan escapar. Eso soy yo. Una sombra... 
Por lo que, resumiendo.
Estoy jodida. 
Y radiante. 
Más de los primero que de lo segundo. 
Más de lo segundo que de lo primero y viceversa.