miércoles, 11 de mayo de 2016

Estrella (no) fugaz

He vuelto a sentirte mientras dormía.
Es la décima noche que sueño contigo desde que te fuiste.
Y desde que no estás te siento aún más.
En cada foto que veo, en cada baldosa de la calle que piso,
en cada rincón de esta casa
sin vida (desde que te marchaste)
No hay día que no te sienta cerca, o que
no pase sin suplicarle a Dios que cuide de ti.
Son infinitas las veces que entro a tu cuarto y le suplico al cielo que te guarde,
que te haga sentir como si estuvieras aquí, en casa.
Innumerables son las veces que miro hacia arriba
buscándote en cada estrella (sin acordarme que estás en todas)
dando gracias
por haberme enseñado tan bien, por haberme cuidado tanto,
por haberme curado todas las heridas tanto externas como internas.
Recuerdo la motivación que me dabas, tus:
"muy bien mi niña, así se hace" o los "que guapa eres"
y no puedo evitar sentirme estúpida,
por nunca decirte cuanto te quería o por enfadarme contigo,
no puedo evitar pensar que tu cuerpo no me volverá a ver con un vestido
y no me verá subida en un altar como siempre decías.
No puedo evitarlo y te pido perdón por haber sido tan egoísta.
Sin embargo, me reconforta saber que aunque
el ruido falte en esta casa
tu alma siempre permanecerá en esta casa, en esta ciudad y en este mundo
junto a mi. Y que nunca será demasiado tarde
para pedirte perdón y decirte que te quiero con toda mi alma, y que siempre lo haré.
Con amor desde tierra firme, tu niña bonita.