lunes, 17 de octubre de 2016

A la tercera...

Si todo lo que acabase en -arte lo fuese...
mirarte, bailarte o matarte me convertirían en la mejor de las artistas.
Sabría dibujar tus ojos, para plasmar de forma certera, tu mirada
clavada en las puntas abiertas de mi pelo.
Sería capaz de componer la melodía más pegadiza y bonita
que hayas escuchado jamás. Y te juro que nada tendría que envidiarle a tu risa.
Sería algo del tipo: "te invito a un café y a un polvo"
ya sabes, de esas cosas que no te esperas
pero se quedan ahí grabadas para siempre.
(estoy señalando a tu entrepierna.
Perdón, quise decir corazón)
Sería algo para ser bailado por una stripper
en tus caderas,
en un bar de carretera.
Mis palabras, tendrían la certeza de matarte;
lo siento, siempre he sido demasiado cobarde para jugar a esas a cosas,
sin embargo ellas no. Ellas pueden hacer el trabajo sucio
como cuando me hablas bajito
y me llamas,
de todas las malas maneras en las que se puede gritar a alguien.
Y a mi me parece tan erótico,
que dejaría que me llamases una vez
y otra
y otra ya no.
Porque la tercera no fue la vencida,
fui yo.

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