martes, 7 de abril de 2015

Hasta que la muerte nos separe

 A veces es necesario pasar por momentos difíciles para darnos cuenta de algunas cosas. Hoy, quiero dedicarle unas líneas de gloria en este pequeño refugio a alguien muy especial que entró en mi vida hace cosa de más de dos años. 
 Se lo poco que te gusta leer por lo que voy a intentar ser clara y corta (me va a costar, sobre todo, ser clara) Podría pasarme la vida entera escribiéndote líneas, dedicándote textos, haciendo tuya cada una de mis palabras; cada letra. Y se perfectamente que esto podría escribertelo solo a ti, pero eso es lo que hace la gente normal ¿no?
 No quiero hacer de este texto una disculpa ni un agradecimiento. Quiero hacer de él la mejor carta que te hayan escrito jamás, sin perdones ni gracias que la hagan monótona y simple. Decir solo que te quiero más que a nada en el mundo. 
 Desde la primera vez que te vi supe que mi vida iba a cambiar y por una vez en la vida acerté. Tomé la decisión adecuada, por lo menos para mi y si no lo hice no me importa, volvería a equivocarme entonces. Desde aquel día de septiembre hasta hoy ha pasado mucho tiempo. Tiempo que nos ha hecho darnos cuenta de muchas cosas, de conocernos. Pero nos ha hecho crecer juntos y por eso estoy muy orgullosa. Porque por fin encontré mi otra mitad. 
 Me he esforzado mucho en en intentar averiguar cuál fue el momento en el que me di cuenta de que eras el hombre de mi vida pero por más que lo he pensado no logro identificarlo. Quizá fue la primera vez que te vi llorar tan frágil e indefenso. Es posible que fuera aquel 22 de agosto o los paseos por la playa. O probablemente que me regalaras aquel libro por nuestro aniversario sabiendo lo mucho que me gusta leer. Pero si no lo se, es porque desde que te conozco cada cosa vivida apuntaba a que Christian y Lucía eran cada vez más una realidad. Se que te vuelvo algo loco. Aunque igual la loca soy yo. "Cada día eres más rara". Se que a veces consigo sacarte de esa casilla de mantener el tipo que tan bien te queda. Se también que nunca aprenderé a jugar a esos juegos tuyos y que soy la persona menos indicada para lavar tus camisas. Gasto dinero en pintalabios que siempre te parecen del mismo color y que odias porque te manchan. 
Alguien podría pensar que esto terminará siendo un problema pero... me encanta volverte loco y ver como me sigues con la mirada esforzándote por no reírte porque intentas enfadarte conmigo. No sabes cuanto me gusta verte perder los papeles y mesarte el pelo porque no quieres gritar, aunque nos encante hacer las paces. Me haces sentir que allá donde estés yo estaré bien. Se que nunca esperarás algo de mi que no quiera dar, se que seré la princesa de un cuento de hadas en el que no creíste hasta conocerme y... con eso basta.
 No puedo prometerte una vida sin errores. No puedo prometerte no tropezar o no volver a discutir por llegar quince minutos tarde por quedarme leyendo más de la cuenta. Pero puedo prometer que seré para ti, tu mujer, tu mejor amiga, tu confidente, tu amante, la que no lleva tacones porque sabe cuanto los odias. Quiero que nuestro dormitorio sea tu lugar preferido y que cuando alguien te saque de tus casillas pienses en estas líneas que solamente son tuyas y que bailemos nuestra canción. Porque si vale la pena volverse loca por alguien, es por ti. Porque como decían Laura Pausini y Alejandro Sanz:
 "Víveme sin miedo ahora, que sea una vida o sea una hora. No me dejes libre aqui desnudo, mi nuevo espacio que ahora es tuyo. Te ruego víveme sin más vergüenza aunque esté todo el mundo en contra. Deja la paciencia y toma el sentido. Y siente lo que llevo dentro"
 Yo te prometo seguir a tu lado. Acariciarte el pelo para que te quedes dormido antes que yo y quererte con esta locura tan adolescente que se abre paso dentro de mi cuando te miro. Te prometo muchas cosas. Te lo prometo todo. Nosotros. Siempre. Porque no hay Lucía sin Christian. Te amo. 

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